Escrito a lo largo de trece años, Mi libro madre, mi libro monstruo es una tierna e inquietante reflexión de Kate Zambreno sobre la capacidad de la escritura, la fotografía y la me...
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Escrito a lo largo de trece años, Mi libro madre, mi libro monstruo es una tierna e inquietante reflexión de Kate Zambreno sobre la capacidad de la escritura, la fotografía y la memoria para abrazar las sombras cuando nos encontramos en medio de una crisis. Un libro a la vez primitivo y cuidadosamente esculpido, que traza una búsqueda incesante por registrar las raíces y los relatos apócrifos familiares después de la muerte de la madre. El texto se ramifica en una anatomía fracturada de la melancolía que incluye pensamientos críticos a modo de apuntes de Roland Barthes, Louise Bourgeois, Henry Darger, Theresa Hak Kyung Cha, Peter Handke, entre otros, que la autora logra integrar en la propia vivencia, aunando así autobiografía, dolor e infancia con la sensación de hacernos entrar en un espacio sagrado.
Kate Zambreno (1977), escritora, crítica y profesora estadounidense.Sus libros más recientes son "Derivas" (Drifts) y "Escribir como si ya estuviera muerto" (To Write As If Already Dead), un estudio sobre Hervé Guibert, ambos de próxima publicación en esta editorial. Además, ha publicado "O Fallen Angel" (2009), "Heroines" (2012), "Green Girl" (2014), "Appendix Project" (2019) y "Screen Tests" (2019). Colabora con The Paris Review, VQR y BOMB. Sus libros de han sido traducidos al japonés, sueco, holandés, turco, francés y, ahora por vez primera, al español.
Carlos Bueno Vera (Madrid, 1984) es poeta y traductor. Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid, es coeditor de la revista "Despalabro", dedicada a la Filosofía y a las Letras. Ha publicado los poemarios "Lo lavado y lo barrido" (IX Premio de Poesía Joven Félix Grande; Colección Universidad Popular, 2013) y "Panorama" (Ártese quien pueda, 2015). En su trabajo destacan las traducciones de "Inquieto", de Kenneth Goldsmith (La Uña Rota, 2014), y "Cartas a Hawthorne", de Herman Melville (La Uña Rota, 2016).
Nos encontramos ante un libro diferente tanto en su
contenido como en su edición, muy cuidada. Tuvimos la suerte de contar en
nuestra tertulia con el editor de ‘La uña rota’, Carlos Rod, que nos aclaró
muchas cosas relativas a este libro y a su proceso de creación y edición. Estas
son algunas de las ideas que comentamos en la tertulia:
Sobre el título, tan llamativo, Carlos Rod nos aclaró que
fue difícil elegirlo porque en el original se titula “Book of Mutter”, jugando
con los significados de “Mutter” (“madre” en alemán y “susurrar” en inglés). Optaron
por darle como título una de las frases del libro (Mi libro madre, mi libro
monstruo), siempre de acuerdo con la autora.
Resultan llamativos los espacios (páginas) en blanco que
funcionan como separación en algunos momentos del libro. El editor nos explicó
que escenifican los tiempos que tardó la escritora entre unas partes y otras.
De hecho, tardó 13 años en escribirlo.
Es un libro en el que puede costar trabajo entrar porque es
muy exigente para el lector, sobre todo por los referentes que aparecen. A
veces, deja al lector con la sensación de que hay cosas sobre las que tiene que
volver.
Globalmente es una
reflexión sobre la propia vida de la autora, ligándola a la figura de su madre. Llama la atención el deseo de recordar
y olvidar, la escritura terapéutica y liberadora, ponerlo todo por escrito para
poder olvidarlo. Resulta muy interesante el proceso de la protagonista respecto
a su madre: primero rechazo, luego aceptación y, por último, parecido.
Respecto a los personajes que aparecen, resultan muy atractivos
personajes como Henry Darger, Louise Bourgeois, Juana de Arco (su película), es
decir, personajes reales pero diferentes. Todos ellos tuvieron una vida
familiar complicada.
Los temas que se reflejan en el libro nos han gustado mucho:
el paso del tiempo, en el que cada uno interpreta los recuerdos y la
memoria de forma diferente, por lo que todo está lleno de verdades y de
mentiras; la historia de las familias, que unas cuentan y otras no.
Todos queremos saber quiénes somos y por eso necesitamos conocer nuestra
historia; las enfermedades y sus secuelas, las enfermedades mentales y
las físicas, la distinta reacción de los familiares, unos quieren evolucionar,
otros dejarlo todo como estaba, cómo nos convertimos en la madre de nuestra
madre cuando surge la enfermedad, cómo se congela la casa cuando nuestros
padres han muerto, cuando los objetos (sus objetos) han perdido el sentido.
Por lo que se refiere al estilo, nos ha gustado mucho el
lenguaje casi poético que utiliza, aunque hay que reconocer que es un lenguaje
frío, accede a la emoción a través del arte, llega a la madre a través de
autores, obras, etc. Al final, todas esas referencias te llevan a la madre,
convertida en personaje literario y la emoción llega justamente a través de las
referencias literarias y artísticas.
Mención especial hay que hacer de los traductores, Carlos
Bueno Vera y Violeta Gil, poetas ambos, que realizan un trabajo excepcional.
Es un libro que te hace reflexionar mucho y que nos ha
gustado por su originalidad y porque “abre ventanas”.
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MI LIBRO MADRE, MI LIBRO MONSTRUO
Nos encontramos ante un libro diferente tanto en su contenido como en su edición, muy cuidada. Tuvimos la suerte de contar en nuestra tertulia con el editor de ‘La uña rota’, Carlos Rod, que nos aclaró muchas cosas relativas a este libro y a su proceso de creación y edición. Estas son algunas de las ideas que comentamos en la tertulia:
Sobre el título, tan llamativo, Carlos Rod nos aclaró que fue difícil elegirlo porque en el original se titula “Book of Mutter”, jugando con los significados de “Mutter” (“madre” en alemán y “susurrar” en inglés). Optaron por darle como título una de las frases del libro (Mi libro madre, mi libro monstruo), siempre de acuerdo con la autora.
Resultan llamativos los espacios (páginas) en blanco que funcionan como separación en algunos momentos del libro. El editor nos explicó que escenifican los tiempos que tardó la escritora entre unas partes y otras. De hecho, tardó 13 años en escribirlo.
Es un libro en el que puede costar trabajo entrar porque es muy exigente para el lector, sobre todo por los referentes que aparecen. A veces, deja al lector con la sensación de que hay cosas sobre las que tiene que volver.
Globalmente es una reflexión sobre la propia vida de la autora, ligándola a la figura de su madre. Llama la atención el deseo de recordar y olvidar, la escritura terapéutica y liberadora, ponerlo todo por escrito para poder olvidarlo. Resulta muy interesante el proceso de la protagonista respecto a su madre: primero rechazo, luego aceptación y, por último, parecido.
Respecto a los personajes que aparecen, resultan muy atractivos personajes como Henry Darger, Louise Bourgeois, Juana de Arco (su película), es decir, personajes reales pero diferentes. Todos ellos tuvieron una vida familiar complicada.
Los temas que se reflejan en el libro nos han gustado mucho: el paso del tiempo, en el que cada uno interpreta los recuerdos y la memoria de forma diferente, por lo que todo está lleno de verdades y de mentiras; la historia de las familias, que unas cuentan y otras no. Todos queremos saber quiénes somos y por eso necesitamos conocer nuestra historia; las enfermedades y sus secuelas, las enfermedades mentales y las físicas, la distinta reacción de los familiares, unos quieren evolucionar, otros dejarlo todo como estaba, cómo nos convertimos en la madre de nuestra madre cuando surge la enfermedad, cómo se congela la casa cuando nuestros padres han muerto, cuando los objetos (sus objetos) han perdido el sentido.
Por lo que se refiere al estilo, nos ha gustado mucho el lenguaje casi poético que utiliza, aunque hay que reconocer que es un lenguaje frío, accede a la emoción a través del arte, llega a la madre a través de autores, obras, etc. Al final, todas esas referencias te llevan a la madre, convertida en personaje literario y la emoción llega justamente a través de las referencias literarias y artísticas.
Mención especial hay que hacer de los traductores, Carlos Bueno Vera y Violeta Gil, poetas ambos, que realizan un trabajo excepcional.
Es un libro que te hace reflexionar mucho y que nos ha gustado por su originalidad y porque “abre ventanas”.
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