Viajar siempre es transformador
Viajar... en barco, en avión, en auto, viajar hacia el futuro, en el tiempo, con la mente, acompañado, en soledad, en familia, con un amor. Viajar a lugares insólitos, a sitios inhóspitos, a destinos exóticos o lejanos, pero
también a pequeños pueblos cercanos, o incluso ¿por qué no? viajar en la propia ciudad, ese espacio habitado y conocido.
Viajar siempre es transformador, pero el verano, esa estación en que los días son interminables y bailan y cantan junto a las noches, y las risas y el agua y las frutas y las flores todo lo invaden, es, además, disfrutar de un escenario que nos conecta con los demás, en el que los recuerdos quedan grabados, como las fotografías de este libro, en la aventura de un amor intenso
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