Nací el 17 de mayo de 1982 en Granada. Me crié y consto como nacida en mi pueblo materno (Huéscar). Tras mis primeros 4 años viviendo en Loja, junto a Granada capital, nos mudamos a allí y fue donde crecí, desde los 4 hasta terminar el instituto. Después “volé” y me marché de casa, como todos los niños y niñas de pueblo que quieren estudiar, a cursar Administración y Dirección de Empresas en la universidad de Murcia. Terminé la licenciatura sin sentir gran emoción por ello. Y de ahí que siguiera estudiando, esta vez para adquirir conocimientos más prácticos y creativos: de web, multimedia y diseño gráfico. Posteriormente viví en Granada y trabajé un par de años en diseño. Años muy divertidos por cierto, en una empresa de eventos, humor y monólogos. Y de allí me marché posteriormente a vivir a Bilbao, esta vez cambié de ciudad por amor. En Bilbao creé mi familia, me casé y tuve a mi pequeño Oihan. Y en Bilbao es donde me encontré conmigo misma. Siempre había estado “en busca de algo”, iba meta tras meta, pero al final me reconocí en busca de la felicidad y la plenitud. Fue un jarro de agua fría, a la vez que un alivio, cuando a partir de los 30 (osea hace 10 años) me di cuenta de que nunca lograba ser feliz del todo, que cuanto mejor me iba peor estaba, a veces era así, tal cual. Pero lo mejor fue darme cuenta de que ello no era «por ser yo así», no era por ser un producto defectuoso ni nada de eso (como creía antes). Sino que era por un mal compañero de viaje, llamado “ansiedad”, y una tendencia de vida muy depresiva, a aislarme, minusvalorarme, autocompadecerme... Atravesé momentos bastante oscuros pero que me ayudaron a definir mucho mejor mi lugar y posición en este mundo, a encontrar los pilares de mi personalidad y las motivaciones que me mantienen con ilusión en la vida, pase lo que pase en ella. Desde entonces, cada noche vieja me alegro al despedir “el mejor año de mi vida hasta entonces”. Cada nuevo año, como cada nuevo día, me voy encontrando con nuevas sorpresas, vivencias, aprendizajes, emociones, aventuras… que me generan mucha ilusión por vivir. Ya que la forma de encarar el mundo, y de encarar mi vida, han cambiado por completo. Y de eso tratan, en resumidas cuentas, mis poemas, de momentos íntimos de conexión conmigo misma y de pura paz. Momentos que me pide mi propia alma el poder compartirlos con los demás, simplemente dejar esos momentos mágicos salir de mí.
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