La atención al paciente crítico se ha convertido en un recurso sanitario convencional e imprescindible para dar cobertura a la atención urgente y emergente
Esta evolución ha sido posible por el avance tecnológico, gracias a los incesantes estudios e investigaciones continuas por mejorar la calidad asistencial y la supervivencia del paciente. El tener conocimientos, experiencia y rapidez en realizar las técnicas en un momento dado, según la circunstancia, es muy importante a la hora de abordar a un paciente crítico, ya que mejora la efectividad de la técnica en sí y de la mejora del paciente. Pero no solo eso es importante, el saber realizar con efectividad una técnica, si no la humanidad con que se trate al paciente. Cada vez, se le da más importancia al saber realizar una técnica y cada vez se le da menos importancia al trato al paciente. Se ha reducido el cuidado enfermero al paciente crítico frente al desarrollo centrado fundamentalmente en tareas de técnicas, y por tanto también se ha reducido la humanidad de la asistencia al paciente. No con esto se quiere decir que la técnica a la hora de desarrollarse no es importante, pero no olvidemos que detrás de cada técnica hay un paciente, que ante todo es una persona que necesita también un cuidado y trato humanitario, y no olvidemos tampoco que la enfermera/o tiene como papel esencial gestionar y brindar cuidados al paciente, familia y comunidad de forma holística. Por tanto, el rol de enfermería ante un paciente crítico tiene dos componentes: el rol independiente y el rol interdependiente, y que pueden ir unidos siempre y no tienen porque separarse nunca. Así que, los profesionales de enfermería no deben olvidar que el rol independiente es igual o incluso más importante que el interdependiente.
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