Con “Soy Milena de Praga”, la
escritora checa (y residente por largo tiempo en España) Monika Zgustová rescata
a una personalidad femenina de entreguerras de la que poco se sabía, más allá
de la archiconocida obra de Kafka, “Cartas a Milena”.
Milena Jesenská representa,
sin lugar a dudas, el arquetipo final de la mujer vanguardista surgida en la
Europa posterior a la Gran Guerra, heredera de todas las influencias feministas
de la primera ola teórica, la cual mujeres como ella tuvieron la oportunidad de aplicar y ejercer influencia sobre la
sociedad de su época. Narrada con un carácter deliciosamente familiar, casi de
diario personal, Monika consigue que nos sumerjamos en la vida de esta
brillante e intrépida mujer desde sus orígenes más acomodados, pasando por sus
relaciones intelectuales con la vanguardia literaria vienesa y bohemia, su
influencia en Franz Kafka, su maternidad, su alejamiento de las tiranías
estalinistas y, sobre todo, la enorme generosidad demostrada a lo largo de su
vida, finiquitada en el campo de concentración Nazi de Ravensbrück.
Cabe destacar que la autora
checa tiene la virtud de dejar que sea la propia protagonista la que marque el
ritmo del relato, elección acertada siendo un personaje histórico y más
teniendo en cuenta que se nota que en todo momento Zgustová quiere huir de
épicos trazados más cercanos a la literatura masculina de legionarios romanos.
Con esto no quiero desacreditar a la bautizada hace largo tiempo “novela
histórica” (más aún porque ella misma y sus autores hacen el trabajo sucio para
retener ese subgénero en la opacidad del Leteo), si no destacar que la
biografía relatada en primera persona puede y debe ser contada de otra manera.
Y Monika acierta sobradamente en un estilo reposado en el que sea el lector quien
decida qué parte de la historia de Milena Jesenská le importa más. De ello
surgirán varias y cruzadas lecturas y, cómo no, hasta la negación del mismo
texto al no cumplir con los cánones y estereotipos de la ficción histórica que
aún resulta predominante.
Y es en este punto donde más se disfruta este libro. “Soy Milena de Praga” de Monika Zgustová no defraudará a nadie.
Opiniones
Opiniones
SOY MILENA DE PRAGA
“Lenta y ágilmente, la alta figura se abre paso hacia mí. Sus brillantes ojos de color azul grisáceo, enmarcados por las pestañas negras, brillan en la bruma. Se acerca y, ya a mi lado, me toma de la mano.
– Soy Milena de Praga –me dice en voz baja.
Y cuenta su historia”
SOY MILENA DE PRAGA es la novela que hemos comentado en la última reunión de la Tertulia de autoras de la Librería Diagonal de Segovia. Nos ha gustado mucho la forma en que la autora nos introduce en la historia; nos parece original e interesante.
Milena se nos presenta como una mujer “dependiente” de los hombres (pasa del dominio de su padre al de su marido, etc.) pero que irá aprendiendo a separarse de la influencia masculina a lo largo de su vida, consiguiendo hacerse un lugar en un mundo de hombres (por ejemplo, en el periodismo). Vivirá sus relaciones amorosas según sean las circunstancias, como en el campo de concentración donde la relación amorosa parece idílica a pesar del contexto.
La historia está contada por una mujer que va construyendo su libertad, evolucionando. La vemos a través de los ojos de sus amigos de Viena y nos muestran a una Milena sencilla, positiva, que no enmascara sus complejos... Ella se ve a sí misma también como una mujer sencilla, moderada, con confianza y comprensiva. Y es que SOY MILENA DE PRAGA nos habla de evoluciones, de las personales de la protagonista, de las de la sociedad (fin de los imperios, construcción de los nuevos estados y nacionalismos, revoluciones, posguerra, crisis, nazismo...)
Muy interesante es la descripción de la evolución cultural de Praga y de Viena (los cafés, las vanguardias). A este respecto, nos ha gustado mucho la parte que narra la relación con Kafka. Ahí se muestra a una mujer que necesita el afecto y que le reconozcan lo maravillosa que es. Ambos sienten a veces esa “extranjería” de no ser ya de ninguna parte, un poco inadaptados.
Hay una faceta de Milena que es muy intensa: su deseo altruista de ayudar a los demás, que se ve plasmado en la ayuda a los judíos en Praga o a sus amigos. O en el campo de concentración.
Vemos también a una mujer muy comprometida políticamente. Hace una crítica muy fuerte del comunismo, refleja cómo los intelectuales de la época se decepcionaron al conocer el comunismo en Rusia.
Es muy curioso cómo relata el final, ya que en vez de ser visitada por sus muertos para que la acompañen, ella crea a “sus vivos”, relata lo que va viendo que es más bien la presencia de los que quiere tener a su lado.
Respecto al estilo narrativo, la autora está muy contenida. Por ejemplo, en la parte del campo de concentración, no se recrea en lo escabroso. En algunos momentos, parece que el libro no es narrativo, que son pinceladas, no se regocija en lo feo.
SOY MILENA DE PRAGA es una novela que nos ha gustado especialmente y que nos ha permitido poder hablar y, como siempre, aprender de los comentarios de las participantes.
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