Etimológicamente la palabra ortopedia deriva de las palabras griegas para correcto o derecho (orthos) y para formación o educación (pedia).
Así puede considerarse como educación
para la corrección. Y es que originalmente, la ortopedia se centraba en corregir deformidades en los niños. Gracias a la Ortopedia se ha conseguido que muchas dolencias, como pueden ser el dolor crónico de espalda o problemas de rodillas, sean tratadas y solucionadas eficientemente. El farmacéutico, conociendo las propiedades de una ortesis/prótesis, sus indicaciones y contraindicaciones, maneras de tomar las medidas o moldes, adaptación y seguimiento del aparato, está cualificado para poder administrar bajo prescripción médica dicha ortesis/prótesis.
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