San Isidoro de Sevilla es, sin duda, una de las personalidades más destacadas de la antigüedad tardía. Es uno de los fundadores de la Edad Media y, sobre todo, el principal exponente del renacimiento cultural de la Españaa visigoda del siglo VII. De hecho, son muy pocos los autores medievales que no hayan utilizado de un modo u otro la ingente obra isidoriana.
Cuando Isidoro nace, alrededor del año 560 en Cartagena (o más probablemente en Sevilla), la España visigoda sufre profundas turbulencias políticas y sociales. En 551 las tropas imperiales bizantinas se hicieron fuertes en la Bética y costa levantina. Empresa de los reyes Atanagildo y Liuva I será la lucha contra las tropas ocupantes que, al fin, sólo serán derrotadas y expulsadas de la Península en el 587 por el rey Leovigildo.
El Liber Astrologicus también conocido como De Natura Rerum o Liber rotarum es una obra singular dedicada al piadoso y docto rey Sisebuto (612-620), se trata de un libro de ciencias sociales dividido en tres partes fundamentales: Cronología (días, semana, meses, estaciones…), Cosmos y diversos astros (mundo, cielo, planetas, sol, luna, estrellas, …) y fenómenos atmosféricos y telúricos (truenos, rayos, arco iris, vientos, terremotos…). Termina con un poema en hexámetros del propio rey Sisebuto y que ha llegado hasta nosotros gracias a que siempre se incluye como epílogo en las múltiples copias que se hicieron del tratado isidoriano.
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