Para su vergüenza, Chris Mitchell se perdió las dos primeras temporadas de Breaking Bad, pero luego se puso al corriente en un sprint de tres días con sus noches que lo apartó temporalmente del mundo real. Enfrentado ahora al resto de su vida huérfano de la serie, suele pasarse horas mirando lánguidamente por la ventana. Vive actualmente en Londres con tres compañeros de piso que sin duda confirmarán lo pésimo cocinero que es.
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