La invención del amor cuenta la historia de Samuel que, cumplidos los cuarenta, conserva a sus amigos, es socio en una empresa de materiales de construcción y ha encadenado compañeras de cama. Desde su terraza observa sin participar el trajín cotidiano madrileño. Samuel, realmente, está de vuelta sin haber llegado. Un día, alguien al teléfono le dice que Clara ha muerto, y cuelga. Lo misterioso del caso es que Samuel no recuerda a ninguna Clara. Pero eso no le impide convertir a esa chica desconocida en el centro de su vida. Samuel averigua que la persona con la que lo han confundido era el amante secreto de la difunta, y se pone en contacto con la hermana de aquélla, la atractiva Carina. Ambos empiezan a compartir vivencias y huecos. Clara había tenido una conflictiva adolescencia punk, y Carina, la responsable, ahora se nota atascada en el bache de la madurez. Samuel inventa, aprovechándose del sentimiento de culpabilidad de Carina. En la retrospectiva, se sacan a colación viejos dramas familiares, silencios, escapadas. Con su empresa al borde del cierre por la crisis, Samuel empieza a hablarle a su madre, con demencia senil, de la Clara que se está inventando. Curiosamente, pronto ese nombre será uno de los pocos que recuerde la anciana. Samuel tampoco puede despegarse ya del recuerdo de Clara, pero se siente cada vez más atraído por Carina y piensa en cómo decirle la verdad. Una novela con solteros y crisis que crece y se ramifica, a partir de la curiosidad por lo inmediato, llegando a tocar el misterio. El narrador protagonista nos hace cómplices hablándonos directamente sobre la soledad, el amor y la capacidad para reinventarse y autoengañarse. Con elementos del thriller clásico, se trata de un libro romántico pero muy pegado a la calle, un relato generacional ubicado en Madrid. «Hay quien dice que durante el orgasmo nuestra conciencia parece deshacerse, y se le llama la pequeña muerte porque es como si nos perdiésemos en algo más amplio, como si nuestra identidad se disolviera. Pero yo cuando me corro no me pierdo en ningún lugar, al contrario, me vuelvo más consciente de mí mismo, de mis límites, del placer contenido en mi cuerpo, y casi me olvido de la mujer con la que estoy. Ahora, por ejemplo, mientras abrazo a Carina, soy más yo que nunca.» El escritor español José Ovejero ha sido galardonado con el Premio Alfaguara de Novela 2013, dotado con 175.000 dólares y una escultura de Martín Chirino, por la obra La invención del amor, presentada bajo el título Triángulo imperfecto y con el seudónimo Doppelgänger. El jurado, presidido por Manuel Rivas y compuesto por Annie Morvan, José María Pozuelo Yvancos, Jordi Puntí, Xavier Velasco, Antonio Ramírez y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), ha declarado ganadora la novela por mayoría. En esta convocatoria se han recibido 802 manuscritos, lo que la convierte en la edición con más participación en la historia del Premio. Del total 342 se han recibido en España, 133 en México, 99 en Argentina, 61 en Colombia, 34 en Estados Unidos, 28 en Chile, 23 en Venezuela, 19 en Ecuador, 18 en Perú, 9 en Guatemala y Honduras, 8 en Costa Rica, Panamá, Nicaragua, 8 también en Bolivia, 7 en El Salvador, 7 en Uruguay, 4 en Paraguay y 2 en Puerto Rico
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