Ben Clark libera sus demonios
El nuevo poemario de Ben Clark (premio Loewe y premio Hiperión de poesía) se adentra en los espacios oscuros del duelo y de la pérdida para reflexionar, con ironía y humor, sobre los grandes temas de siempre: la fugacidad de la vida, la muerte, el amor y la propia escritura. Celebrado como uno de los poetas contemporáneos que mejor maneja la emoción en el poema, Clark libera sus demonios con gracia y honestidad, generando una experiencia lectora emotiva y memorable para los amantes de la poesía y para aquellos que quieran acercarse a ella por primera vez.
BEN CLARK regresa con DEMONIOS,
su último poemario en una gira que le ha llevado por varias librerías españolas.
La MONTAÑA MAGICA fue una de sus paradas. Un tour en el que sus lectores
disfrutan de su escritura y de su voz porque pocos poetas españoles recitan sus
poesías tan bien como él.
CLARK es considerado como un
neorromántico por su intimismo, su realismo sensible. Es la poesía de los
gestos cotidianos; del fulgor de un objeto y su reverberación en el recuerdo.
Encontramos que estos poemas
no son oscuros, es un realismo luminoso que nos habla del GPS del coche, de los
trabajos basura -como en su poema OBRA CIVIL y su secretaria imaginada Lucy-.
Alguien abre una ventana y
pasea un perro por la calle. Una poesía de la sencillez y la experiencia
cargada de fuerza sensorial y filosofía estoica. Solo Ben es capaz de hacer un
poema con la imagen de un menú plastificado con faltas de ortografía.
En su
infancia observaba a su padre haciendo esculturas con el barro; crear arte
desde el material más sencillo. A sus 38 años, el niño que ahora es poeta
construye sus versos desde el barro de la vida, lo cotidiano, el arte desde el
gesto sencillo que pasa desapercibido o un objeto inservible. El poeta está
para eso: para insuflar vida a los objetos y sensaciones que pasan como un
carrusel por nuestra vida.
No hay excusa para no leer a BEN; no es poesía
culturalista; es poesía de la verdad, de los pequeños detalles de nuestro
quehacer diario que pasan desapercibidos para el común de los mortales.
Apreciamos su generosidad , su desnudez, la del poeta que se abre a sus
lectores, sin esconder cartas en la manga que nos muestra sus demonios, sus daimons.
Nos
dice que en los versos que escribe encuentra sus respuestas. Nos interpela a
los que leemos su poemario. El yo poético quisiera escribir un verso sin dolor
pero los lectores de poesía sabemos que eso es una quimera.
Los
tres últimos versos de su poemario DEMONIOS son ejemplo de la quintaesencia, del
puro estilo BEN CLARK:
Olvidémonos siempre del ayer
Convirtamos el hoy en un refugio
Jurémonos amor hasta mañana
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