Esta Vida de Mozart, junto con las de Haydn y Metastasio, es la primera obra de Henri Beyle, publicada bajo el alambicado seudónimo de Louis Alexandre César Bombet (todavía no usab...
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Esta Vida de Mozart, junto con las de Haydn y Metastasio, es la primera obra de Henri Beyle, publicada bajo el alambicado seudónimo de Louis Alexandre César Bombet (todavía no usaba el de Stendhal) en 1814. Los datos están extraídos de algunas biografías ya existentes pero aquí se encuentran realzados por un estilo que persigue sobre todo la claridad y la elegancia. En la Carta sobre Mozart que la complementa es donde aparece la personalidad de Stendhal como avezado diletante musical, con sus certeros análisis de las óperas más importantes. Muy lejos de las minuciosas investigaciones del siglo xx, estas páginas dibujan un retrato de Mozart como artista romántico, subrayando diferentes anécdotas sobre su extraordinaria capacidad musical, su virtuosismo pianístico, su personalidad extravagante y las circunstancias de su temprana muerte, sin olvidar el misterioso encargo del Requiem.
La vida de un genio de la música escrita por un genio de la literatura.
Stendhal, seudónimo de Henri Beyle (Grenoble, 1783-París, 1842) es uno de los grandes escritores franceses del XIX, autor de dos novelas fundamentales (sus lectores se dividen entre los que prefieren Rojo y negro y los que prefieren La cartuja de Parma). Biógrafo de emperadores (Napoleón) y de músicos (Haydn, Rossini), fue un enamorado de Italia (escribió sobre Roma, Nápoles y Florencia) y se reveló póstumamente como un maestro de los géneros del yo (su Diario, Recuerdos de egotismo, Vida de Henry Brulard). Fue un agudo analista de la psicología de sus personajes y, partiendo de sus diversas experiencias sentimentales, escribió un delicioso ensayo, Del amor. Vaticinó que su fama comenzaría hacia 1880.
Stendhal (1783-1842), el seudónimo de Henri Beyle, fue, además de escritor, soldado, cónsul, republicano, jacobino y anticlerical. Escribió novela, crítica, biografía y libros de viaje. Cultivó el romanticismo no sólo en sentido literario sino también estilístico y político. Sin embargo, trascendió esta categoría mediante el uso de la ambigüedad y la ironía. Dueño de una narrativa que refleja las tormentas políticas de la época y el extremo individualismo de su autor, sospechó que no sería comprendido por los hombres de su época. Y, efectivamente, fue incluido dentro del cánon literario sólo varios años después haber muerto.
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