Ella no solía rogar aunque tal vez tuviera que hacerlo.
Sara Simmons había decidido que ella no servía para el matrimonio ni para eso de "vivieron felices y comieron perdices". No obstante, no se mostraba contraria a tener una aventura con el atractivo Gavin Blake.
Gavin, sin embargo, quería más, y no estaba dispuesto a ceder a los deseos de Sara. Así que ella se volvía loca tratando de mantener las manos lejos de él, mientras Gavin rechazaba aquel auténtico y ardoroso ataque...
Opiniones
Opiniones
No hay comentarios, sé el primero en comentarValoración media
¿Has leído este libro?
Valóralo y comparte tu opinión con otros usuarios
Escribir mi opinión