En este tercer volumen de la serie de los Sermones parroquiales se incluyen veinticinco sermones predicados en la iglesia de Saint Mary's en Oxford. El genio humano y cristiano de...
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En este tercer volumen de la serie de los Sermones parroquiales se incluyen veinticinco sermones predicados en la iglesia de Saint Mary's en Oxford. El genio humano y cristiano de Newman, que ya era una autoridad no exenta de polémica en Inglaterra, vuelve a brillar en ellos con toda lucidez. Con un conocimiento de la Escritura poco común, el autor, todavía anglicano, describe con belleza y en toda su riqueza a la Iglesia como instrumento de salvación, como continuidad de Cristo en la historia a través de los sacramentos. Unas convicciones defendidas con fuerza y que llevarían a Newman, en no mucho tiempo, a la conversión al catolicismo.
John Henry Newman (Londres, 1801 - Birmingham, 1890) fue el primogénito de seis hermanos nacidos en el seno de una familia burguesa de confesión anglicana. A los quince años experimento su primera conversión religiosa, que le llevó a vivir una fe evangélica. Tras cursar estudios en Oxford, fue ordenado presbítero de la iglesia de Inglaterra y ejerció como párroco en dicha universidad. Allí formó parte del llamado Movimiento de Oxford que, como reacción de una iglesia sometida a un gobierno secularizado, surgió con el propósito de restituir en el anglicanismo el derecho a considerarse como parte de la Iglesia universal, engarzándolo con la tradición de los padres de la Iglesia y de los grandes teólogos, pero sin "romanizarlo". Tras una serie de controversias con distintos obispos anglicanos debidas a sus posiciones cada vez más pro-católicas, en 1842 se retiró a Littlemore. Después de varios años de oración y estudio, en 1945 abrazó la Iglesia Católica. En 1847 fue ordenado sacerdote. Fundó el Oratorio Británico y fue rector de 1851 a 1858 en la Universidad Católica de Dublín. El Papa León XIII, en reconocimiento a sus méritos, le elevó al cardenalato en 1879. En 1991, Juan Pablo II impulsó su causa de beatificación al declararlo venerable. Entre sus numerosas obras cabe destacar Perder y Ganar, Persuadido por la Verdad o Cartas al Duque de Nortfolk.
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