Son ecos del corazón los que aquí plasma el poeta, deja libre al espíritu y se limita a copiar lo que a éste más le gusta. Así puede leer, tanto como nos sorprende cuando aquello que se espera, con la alusión poética que dentro nos embarga porque no deja de inventar ilusiones, sueños portentosos y otros, aún más irrealizables. La poesía, todos cuantos la aman la buscan, esta, porque la llevamos dentro de cada uno de nosotros, es la sangre que corre libre por nuestras venas, son los pensamientos cuando los hallamos, en ocasiones tristes, en las más risueños. En cada ser humano existe un poeta, no siempre se le encuentra porque en ocasiones, las más, se evapora al no saber el lector buscarle, pues verdad es que aparece versátil y cambiante, de mil maneras distintas. Una vez encontrado, todo es continuidad. Las palabras surgen y los renglones se completan y en ellos, sí, debe encontrarse, junto a la belleza imprescindible, algo que nos complazca, tanto al espíritu libre, como a la imaginación en libertad.
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