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EL mito de Antonio Machado, como poeta y como ciudadano, no ha dejado de crecer. Desde febrero de 1939, fecha de su muerte en el exilio, está considerado y reconocido como el emblema de la España antifranquista y el símbolo de la España derrotada en la Guerra Civil. El paso del tiempo lo ha encumbrado y transformado en el más significativo emblema de la honradez, la coherencia y la dignidad. Sin artefactos, sin detonantes exhibicionistas, eludiendo las retóricas llamativas y dominantes de la época, con sencillez y sabiduría, con la persona humana como primer recurso, la obra de Machado no solo es una de las cumbres de la poesía del siglo XX, también él mismo es un ejemplo de honestidad y un personaje extraordinariamente querido y admirado, que se ha ganado el respeto de vencedores y vencidos. J. G. S
Antonio Machado nació en Sevilla, en 1875. Su familia pertenecía a la pequeña burguesía ciudadana carente de recursos sólidos. En un viaje a América en busca de fortuna muere su padre, el primero que hizo una recopilación de cantes flamencos.
En Madrid se educó en la Institución Libre de Enseñanza y en 1907 gana la cátedra de francés del Instituto de Soria. allí conoció a Leonor Izquierdo, con la que se casó dos años más tarde. poco después moriría, en 1912, coincidiendo con el aplauso general que obtuvo «Campos de Castilla».
Consiguió su traslado a Baeza donde ocupó el mismo puesto que tenía en Soria. En 1919 obtuvo el traslado a Segovia, acercándose así a su familia que residía en Madrid. Esto le permitió colaborar con su hermano Manuel en algunas obras de teatro. En 1931 es trasladado a Madrid. Enseñó en el Instituto Calderón de la Barca y posteriormente en el Cervantes.
Al estallar la guerra civil, va desplazándose por varias provincias españolas hasta que en 1939 se vio forzado a huir al exilio. Murió en Coliiure (Francia), a pocos kilómetros de la forntera, en febrero de aquel año.
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