Ser madre es un vuelco al corazón que pone tu mundo cabeza abajo. Mirar a tu bebé a los ojos por primera vez reorganiza tus prioridades, da forma a tu vida; te lleva a prometerte que harás cuanto esté en tu mano por esa criatura. Pero traer un niño al mundo no implica solo la responsabilidad de cuidarlo y protegerlo; también la de soltarle, cuando llega el momento, y dejar que camine solo, que escoja los senderos que le pida su alma, que vuele libre de cargas sabiendo que nuestra tarea está completa.
Ser madre es soltar el timón de una vida que hicimos posible, que alimentamos y nutrimos durante años, pero que no nos pertenece. Encontrar la medida entre la ausencia y la presencia, entre la suavidad que hay en un abrazo y la libertad que se encuentra al deshacerlo, es aprender a sostener sin dirigir sus pasos.
Julia Puig nos da en este libro algunas pautas para criar con alma y conseguir ese equilibrio leve y sutil de la maternidad; en el que se encuentran dos vidas entretejidas como dos troncos nudosos que crecen uno al lado del otro, pero que son, y serán para siempre, irremediablemente independientes.
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