Hemos sido llamados por Dios para la salvación de nuestras almas, a fin de vivir una vida rendida en adoración a Dios; pero también para tener una vida productiva en todos los aspectos. El hijo de Dios ha sido rescatado del mundo, transformado por Dios y capacitado para servir a Cristo, a su iglesia y a los demás. El cristiano debe dedicar su vida entera al servicio. Por lo tanto, servir debe ser una de las obligaciones más hermosas que el creyente puede desarrollar en este mundo. Cuando el hijo de Dios sirve al Señor y a otras personas, puede encontrar propósito en su vida y vivir con una satisfacción que dura para siempre.
Muchos cristianos son consumidores y no reproductores, es decir, necesitan continuamente ser llevados y sostenidos en vista de que no han crecido lo suficiente como para mantenerse por sí mismos. Entonces, nos debemos preguntar, ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué muchas personas en la iglesia local están inactivas? ¿Por qué muchos cristianos no saben qué hacer con su vida?
Este libro se ha escrito con el propósito de ayudar al hijo de Dios a conocer por qué está aquí en la tierra
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