¡Qué bien! ¡Se acerca la gran feria de la sabana y todos
los animales se afanan en dejarlo todo preparado! Bueno, todos no. Kike, el
chacal de los ojos entornados, se entretiene con unos palitos, haciendo una pirámide.
La cebra le pide que les ayude a montar el tobogán hinchable y Kike accede a
regañadientes, porque él preferiría
continuar con lo que estaba haciendo. A partir de ese momento Kike no deja de
quejarse: no quiere que le toque una esquina, no quiere montar el puesto de
algodón, no quiere que le den órdenes… Ñañañaña, dice continuamente. ¡Está insoportable!
Y se marcha con su construcción. Pero no se encuentra feliz, hay algo en su
interior que le hace sentir incómodo. Menos mal que aparece Paz, la jirafa del
corazón de oro, que lo ayuda a reflexionar y a hacer las paces con el resto
mediante la comunicación no violenta.
Esta historia es una
herramienta de diálogo en familia, en la que se puede aprender a resolver
conflictos mediante la comunicación no violenta. Tiene una pequeña guía para empatizar con la situación del
protagonista y entender la importancia de ser coherente con lo que se siente, a
la hora de tomar decisiones.
Nos gusta por su utilidad en
la sociedad actual, para crear un diálogo necesario para una relación pacífica.
Eva Braojos. El gusanito
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