La palabra «icono» proviene del griego εκν, que significa ‘imagen’. De ahí deriva el vocablo ruso , que se transformó en el francés icône y, finalmente, en el «icono» de nuestra lengua. De él proviene un concepto, el de iconicidad, que se emplea para denominar la semejanza que existe entre un objeto en concreto y la propia imagen. La iconicidad de una imagen es, entonces, el grado de parecido que esta guarda con el objeto representado, la relación entre ella y su referente, el objeto real. De la imagen del mundo natural, a la de la pintura o la tipografía, pasando por las imágenes religiosas, didácticas, hasta llegar al diseño y la tecnología, este libro aborda una serie de miradas desde distintas perspectivas en torno al concepto de icono, su valor y los distintos grados de iconicidad. El Cuerpo Académico Perspectivas Transversales, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, propone en este volumen una relación de ensayos sobre estos dos conceptos que se constituyen en enfoques diversos, pero que finalmente se unen para articular un análisis profundo de la imagen como icono de la cultura.
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