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Junto con el Banquete, el Fedón y la República, el Fedro ocupa un lugar preeminente entre los llamados diálogos socráticos. Anque mucho se ha insistido sobre la dificultad de determinar el tema a partir del cual se organiza esta conversación, que se prolonga durante un día entero y versa sobre el amor, la retórica y la naturaleza de la escritura, el diálogo claramente se divide en dos partes que se oponen y complementan. En la primera, Sócrates inicia en los misterios de la belleza al joven Lisias, que ha elaborado un discurso en contra de Eros. La segunda parte está consagrada a una discusión sobre el arte de la palabra, en donde Sócrates elabora un recuento de las ventajas y desventajas de la retórica. Por último, una suerte de apéndice sobre la naturaleza de la escritura y la imposibilidad de dar cuenta de la vida a través de la letra cierra lo que, paradójicamente, se tiene por obra maestra de la literatura filosófica.
Platón (Atenas, 427 - 347 a. C.) fue un filósofo griego que, junto a su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, es considerado uno de los grandes pensadores de la tradición filosófica europea. La obra de Platón, radicalmente novedosa en su elaboración lógica y literaria, estableció una serie de constantes y problemas que marcaron el pensamiento occidental más allá de su influencia inmediata, que se dejaría sentir tanto entre los paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la teología cristiana, fundamentada en gran medida por San Agustín. Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates. Fue su discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado. En el año 387 fundó una escuela de filosofía, situada en las afueras de Atenas, junto al jardín dedicado al héroe Academo, de donde procede el nombre de "Academia". En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió más de novecientos años y en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental como Aristóteles.
EMILIO LLEDÓ (Sevilla, 1927) estudió Filosofía y Filología clásica en las Universidades de Madrid y Heidelberg. De 1956 a 1962 fue docente en esa universidad alemana. Ha sido catedrático de Instituto en Valladolid y Alcalá de Henares y catedrático de Historia de la Filosofía en las Universidades de La Laguna, Barcelona y UNED de Madrid. En 1992 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura (Ensayo) y desde 1994 es miembro de la Real Academia Española. Entre sus publicaciones se encuentran El epicureísmo. Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad, El silencio de la escritura, El surco del tiempo, Elogio de la infelicidad, El marco de la belleza y el desierto de la arquitectura, Imágenes y palabras, Ser quien eres. Ensayos para una educación democrática y El origen del diálogo y la ética, La filosofía hoyy Los libros y la libertad.
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