¡Yo también estuve interna durante cuatro años! Este recuerdo me ha permitido imaginar a las heroínas de Mont-Rose. Fleur, Anaïs, Jade, Salomé (y las otras) se parecen mucho a las compañeras que tuve. Se llamaban Martine, Daisy, Brigitte, Sylvie y Denise. Estábamos internas en un gran castillo… ¡donde no había ni un solo chico! En las horas de estudio, yo me inventaba historias en las que había guapos caballeros. ¡Me habría encantado tener un amigo como Ulysse! Y ahora, cuando escribo las aventuras de las 3 amigas, me divierto mucho enfrentando a mi «amigo» con estas «pequeñas y terribles mujercitas»…
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