Ser cristiano equivale a vivir en permanente estado de conversión. Vale por ello la pena resaltar las dimensiones principales de esta actitud esencial de la existencia cristiana pe...
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Ser cristiano equivale a vivir en permanente estado de conversión. Vale por ello la pena resaltar las dimensiones principales de esta actitud esencial de la existencia cristiana personal y comunitaria. La primera parte de este libro se propone desgranar tales dimensiones.
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