Burundi suena como un juego, un encuentro de letras fortuito. Como los encuentros de los animales en las historias de esta colección de cuentos.
Jirafa está angustiada porque no sabe como és. Nunca se miró en un espejo, tampoco sabe que es eso. Pero si sabe mucho de frutas, de viento y de nubes.
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