El destino extraordinario de llegar a ser astronauta sirve para contar, de inicio a fin, una vida como cualquier otra, con los ciclos que al fin y cabo nos hacen iguales.
A partir de en un juego de miradas entre lo que el personaje experimenta y lo que ve, siempre a través de un prisma particular (el ojo de la cerradura, una lupa, una ventana, una pantalla, etc.), se narra la vida del protagonista: una profesión extraordinaria para una persona como cualquiera que nace, crece, tiene tristezas y alegrías, va al colegio, pierde a su madre, estudia en la universidad, llega a la NASA ¡viaja al espacio! Y luego vuelve a la Tierra, tiene un hijo, peleas, desempleo, regreso al lugar de origen, la muerte del padre, la vejez y finalmente la muerte.
Una novela gráfica que borra las fronteras, muchas veces presuntas, entre la literatura infantil y adulta.
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