Nuestra sociedad ha conocido crisis, a veces realmente explosivas, que casi siempre han servido de vehículo a deteminadas reinvindicaciones relacionadas con un proyecto colectivo (ideológico, en el sentido fuerte de la expresión). Pero, al menos por ahora, esa época extravertida ha llegado a su fin. El último decenio ha asistido a la aparición de una sociedad depresiva, amenazada de implosión, en la que el individuo, a falta de todo proyecto y de toda dimensión exteriores a él, se ve reducido a su sola subjetividad y forzado a considerar ésta como el comienzo y final de todo ideal de vida. Lo que subyace es un confrontación destructiva entre una interioridad en crisis y una vida pulsional que se retrotrae a sus estadios primeros: una regresión que, desde el menosprecio de las raíces de nuestra civilización, tiene como consecuencia, además, la disolución del vínculo social. Tony Anatrella, que conoce la profundidad del malestar contemporáneo y se niega a creer en el carácter inevitable de ese suicidio colectivo, reanuda aquí la tarea de descifrado sociopsicológico que había iniciado en El sexo olvidado y analiza con crudeza las causas de esos males depresivos que son, concretamente, el divorcio, la homosexualidad, la toxicomanía y el suicidio. Contra la sociedad depresiva inaugura, con rigor y precisión, una reflexión de todo punto necesaria, pues lo que está en juego es el futuro de nuestra sociedad, y hemos de decidirnos a legar a nuestros hijos un mundo en el ue áun tenga sentido construir.
TONY ANATRELLA, psicoanalista y profesor de psicología clínica, especialista en psicología juvenil y sexual y en problemas de la pareja, es autor de El sexo olvidado, publicado en esta misma colección en 1994.
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