En un mundo en el que la historia es la de los vencedores, Marcos escribe un relato, desde el reverso de la historia, sobre un judío vencido, y lo dirige a una comunidad de perseguidos (probablemente romanos) a quienes propone como norma de vida a dicho judío. Se trata de un relato inconcluso de una práctica violentamente truncada, que deja sin respuesta inmediata la pregunta acerca de lo que pasó con todo ese asunto de Jesús. En suma, no es la memoria del triunfo de Jesús, sino el relato de una vida que desemboca en el más absoluto de los fracasos y que pretende comprometer al lector con el proseguimiento de la causa por la que vivió y murió su protagonista. Un texto sin futuro aparente ha sido, sin embargo, generador de futuro. Renacido en la vida de miles de hombres, sigue incidiendo hoy de un modo especial en la esperanza y en la calidad de vida cristiana de los pobres de miles de comunidades de base del Tercer Mundo que, a su vez, han asumido la tarea de relevo indispensable para que llegue también a las generaciones siguientes.
La narración es un elemento fundamental del pueblo latinoamericano y de las comunidades cristianas que siguen reuniéndose en torno a la memoria narrada. En esa memoria tiene un lugar particular el relato de la vida de aquel Hombre que, hace ya casi dos mil años, murió para generar la esperanza del pueblo. En las favelas de Río, en los suburbios de México, en la frontera de Nicaragua asediada por los "contras", en los campamentos de refugiados, los cristianos se reúnen en torno al recuerdo de Jesús. En los cafetales de Guatemala lo hacen incluso con el riesgo de su vida: por la noche se adentran en la selva, desentierran la Biblia (tenerla en casa es motivo de muerte) y renuevan su fe en una tierra nueva (aquí ya, desde la nistoria) y en un cielo nuevo prometido. Luego vuelven a guardar en tierra la "semilla" y regresan a seguir esperando...
Tal vez por eso el Evangelio de Marcos les es especialmente cercano. Porque es el relato más conforme con su modo narrativo de creer y de potenciar la esperanza.
CARLOS BRAVO GALLARDO, jesuita mexicano, es autor de Apuntes para una eclesiología desde América Latina (México 1982). El presente libro es una reelaboración de la tesis doctoral que presentó en la Facultad de Teología de Sant Cugat del Vallés bajo la dirección de José Ignacio González Faus, que ha querido prologar esta obra.
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