Permafrost es el sorprendente debut de Eva Baltasar, una historia contundente, íntima y carnal de una protagonista con pulsiones suicidas que se protege del exterior pero se entrega con intensidad al sexo con otras mujeres, la literatura y el arte.
El permafrost es esa capa de la tierra permanentemente congelada y es también la membrana que cubre a la protagonista de esta novela. Escrita en primera persona, nos presenta a una mujer en etapa de formación que se protege del exterior, que percibe la superficialidad en todo cuanto la rodea y huye de un entorno que nada tiene que ver con su manera de entender la vida: una madre obsesionada con la salud, omnipresente y controladora, y una hermana que afronta su existencia convencional con medicación y un positivismo irritante. La protagonista, que siente pulsiones suicidas, no permite que nadie se le acerque demasiado, pero al mismo tiempo se entrega con intensidad al sexo con otras mujeres, la literatura y el arte. El pulso entre el hedonismo, los placeres más carnales y la muerte es constante en esta novela, así como el tono mordaz de una protagonista que nos gana con su inteligencia y su humor negrísimo desde la primera página.
Repleto de imágenes poéticas, contundentes y muy físicas, este carácter tan palpable del texto no es gratuito en una novela que nos habla del cuerpo, del sexo, del yo; una obra aguda y directa que reivindica la libertad femenina en el placer y en la soledad.
Eva Baltasar inicia con Permafrost un tríptico de protagonistas femeninas que quiere explorar distintas etapas en la vida de las mujeres.
La crítica ha dicho...
«Un libro de muchos voltios sobre el yo, el cuerpo, el sexo y la familia, uno de los libros del año. Su fuerza poética, imágenes bestias, la manera tan bien dicha de decirlo fuerte [...] Describe como no pensabas que pudiera hacerse.»
La Vanguardia
«La suya [la de la protagonista de Permafrost] es una subjetividad poética que mira el mundo y descubre que todo eso que nos contiene puede mirarse por primera vez, que todo eso puede decirse por primera vez.»
El Diario
«Aborda un tema tan necesario y urgente como es la libertad para vivir la sexualidad femenina en una época de crisis económica. También ahonda en las relaciones familiares, la enfermedad mental y la escritura poética. La protagonista siente pulsiones suicidas, desvela sus pensamientos sobre temas como el lesbianismo, el sexo y la no maternidad [...] seguro que nadie queda indiferente.»
The Objective
«Una narración bernhardiana y voraz del monólogo interior de una mujer ajena a todo y a todos, extranjera incluso en su propio cuerpo. Pulsiones suicidas, sexo lésbico y arte en un cóctel a piel (fría) y descubierta.»
Jorge Morla, El País Semanal
«El potente lirismo de una poeta como Eva Baltasar es empleado aquí con fuerza e inteligencia, con el objetivo de expresar esa colisión entredos mundos: el del fuego que crepita dentro y el del hielo que cubre la superficie de lo que vive ahí fuera.»
Zenda Libros
«El año pasado arrasó en catalán con su primera novela -es una poeta de larga trayectoria- y este ha empezado a hacerlo en castellano. ¿Sus méritos? Una mezcla explosiva de misantropía y sexo que maneja los sentimientos como material radiactivo, es decir, como algo que nos mata y que nos ilumina.»
Javier Rodríguez Marcos, El País
«Emerge el lenguaje poético que tanto domina, fluye como un monólogo en voz alta.»
El Periódico
«Valiente y arriesgada.»
El País
«Íntimo, bello, irónico y sorprendente.»
Núvol
«Una escritura ágil y electrizante y una mirada personal cruda y lúcida. Convence.»
Diari ARA
Escrito por: Librería Taiga
Permafrost:
1.m. Geol. Capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares.
(Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua).
Y es precisamente así como se siente nuestra protagonista, congelada bajo una capa de hielo…
En primera persona nos cuenta su aislamiento de la vida, de todo y todos los que la rodean, incluso de sí misma. Ante tan devastadora soledad su único pensamiento liberador es el de su posible muerte. Encuentra en la idea del suicidio un posible camino que nunca, por unos motivos u otros, se decide a transitar.
Se puede decir que en esta historia, paradójicamente, encontramos a una mujer que al buscar la muerte encuentra la vida.
Es generosa en su honestidad, en la descripción de su incapacidad para vivir mientras vive, presa tras la capa de hielo que la recubre, esperando quizás poder romper ese hielo:
"Soy yo, la extraña que todos reconocen, esa que parece de mentira bajo su capa de hierba corta y consistente. Tengo un buen recubrimiento, impermeable como el de los bosques, pero no es mentira, no: la dureza del hielo preserva un mundo habitable, sólo que dormido."
Ella está allí, intacta, viva, habitable…pero el frío la paraliza, la condena a la soledad y a la tristeza.
Con una sinceridad brutal, a lo largo del relato la escuchamos hablar sobre sus ganas de morir, sobre cómo piensa en distintas formas de suicidarse, cómo vive el sexo en su relación con otras mujeres, cómo siente el miedo, el dolor, la soledad, la tristeza, cómo es la relación con su familia y el daño que le causan porque no constituyen un verdadero hogar, cómo las mentiras la ayudan a sobrevivir, cómo se empeña en la búsqueda constante de sí misma en un mundo en el que no encuentra su lugar. A pesar de todo resiste, sobrevive…hasta que un factor circunstancial e inesperado le habrá de hacer elegir entre el amor o la muerte. ¿Podrá elegir? ¿O tal vez la decisión ya está irremediablemente tomada? Porque finalmente es la muerte la que la encuentra a ella y de una forma que nunca había imaginado.
El valor del desnudo emocional y personal en una sociedad llena de caretas y de poses, de redes sociales donde todos deben parecer felices, perfectos, sin mácula o error, toma todo sentido en Permafrost, que nos invade con un soplo de aire frío con su sinceridad, con su verdad, su inteligencia y su poesía.
Todos los días asistimos a la puesta en escena de imágenes de superficie que son un espejo donde nadie puede verse reflejado ni sentirse reflejado. Superficies sin profundidad.
Afortunadamente la literatura, por más que algunos huyan, nos ofrece esa verdad, esa hondura tan necesaria para vivir lo menos de mentira posible.
Sagrario Santamaría, Librería Taiga (Toledo)
Puedes leer también la versión original en catalán.
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Aprender a mentir para poder pasar desapercibida
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