Premio Princesa de Asturias
Dell Parsons tiene quince años cuando sucede algo que marcará para siempre su vida: sus padres roban un banco y son detenidos. Su mundo y el de su hermana gemela Berner se desmorona en ese momento. Con los padres en la cárcel, Berner decide huir de la casa familiar en Montana. A Dell, un amigo de la familia le ayudará a cruzar la frontera canadiense con la esperanza de que allí pueda reiniciar su vida en mejores condiciones. En Canadá se hará cargo de él Arthur Remlinger, un americano enigmático cuya frialdad oculta un carácter sombrío y violento. Y en ese nuevo entorno, Dell reconducirá su vida y se enfrentará al mundo de los adultos. Una bellísima y profunda novela sobre la pérdida de la inocencia, sobre los lazos familiares y sobre el camino que uno recorre para alcanzar la madurez. «Un vasto y magnífico fresco. Ésta es una de las primeras grandes novelas del siglo XXI» (John Banville).
Escrito por: Librería Los portadores de suenos
“Canadá” está dividida en dos partes que podrían ser dos novelas diferentes: la primera, fresca y llena de ritmo, narra todo lo que el lector debe saber hasta llegar al momento fatal de un robo más que disparatado: la historia familiar de sus padres, los continuos cambios de ciudad, su relación con su hermana gemela y las vicisitudes por las que pasan hasta tomar la decisión equivocada de robar. La segunda, pausada y más íntima, describe la nueva vida de Dell en el pueblo canadiense donde se refugia huyendo de los servicios sociales y su forzoso paso a la madurez.
Richard Ford (Jackson, Mississippi, 1944) juega con los tiempos de la novela acelerando y calmando la narración con maestría, alternando partes rotundas con otras delicadas, hasta conseguir una historia poderosa en la que el lector se hace cómplice desde la primera página. No es casual que Ford busque esta complicidad, puesto que es necesaria en algunos momentos de la novela para que el lector dé por buenos aspectos que, planteados de otro modo, serían cuestionables (empezando por la decisión de robar el banco, núcleo de la historia). Esto, que podría ser un punto flaco de la novela, es convertido acertadamente por Ford en un juego haciendo que las dudas del lector se conviertan en las dudas del protagonista, que refleja ese escepticismo y reflexiona sobre ello a la vez que el lector en un guiño con el que el autor parece reconocer que, sin esas licencias, la historia podría ser distinta. Pero entonces “Canadá” sería otra novela.
Esta es una novela de crecimiento en el sentido más positivo: lejos de rebelarse contra la imposición del destierro y la nueva vida, tan distinta, y lejos también de recrearse en su mala suerte, Dell Parsons decide construir una nueva vida, mejor, más sólida. Una nueva vida en la que pronto descubrirá que él no es el único que guarda un secreto que pesa como una losa. Una vida en la que no dejará que los actos de sus padres, recibidos como una herencia inoportuna, sean más importantes que los suyos propios. La responsabilidad personal y las consecuencias de nuestras acciones son los verdaderos temas centrales de la novela, más allá de las relaciones familiares o de la pérdida de la inocencia.
Sobre todo en su segunda parte, “Canadá” es una novela contra la urgencia, una reivindicación de la literatura que es capaz de detenerse a narrar con detalle un sentimiento o un estado de ánimo sin cansar ni aburrir, que no necesita recurrir a artificios para hacer atractiva su lectura. "Canadá" es uno de esos libros que recuerdan al lector que leer es un placer. La prosa brillante de Richard Ford hace disfrutar cada frase y apreciar la belleza de una historia bien contada.»
Eva Cosculluela, Librería Los Portadores de Sueños (Zaragoza).
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