¿No os pasa alguna vez que mientras vais en bus o en metro observáis a la gente de vuestro alrededor y especuláis acerca de cómo son sus vidas?
¿No tiene esa chica pinta de cantante? ¿O qué le pasa a ese chico de ojos llorosos? ¿Habrá terminado una relación? ¿o sólo se acaba de poner lentillas por primera vez? ¿Desde cuándo estarán juntos esa pareja de abuelitos?
Tanto si os pasa como si no, seguro que al abrir este libro no podéis resistiros a observar lo que hace cada uno de los personajes que habitan sus páginas.
La primera nos muestra un paisaje sin nadie, en la siguiente un niño mira por la ventana las estrellas mientras cuenta los latidos de su corazón, en la siguiente compartirá reflexiones con su padre, y así página a página irán aumentando el número de personas que aparecen, y por tanto, la diversidad de situaciones y de vidas. Mujeres que se cuelan en bodas y entierros de gente que no conocen, hombres que sólo visten de rosa, personas con sueños, y otras desesperanzadas subiendo unas escaleras mecánicas.
En este libro publicado por
Maeva Young todas las situaciones tienen cabida.
Si con nuestra imaginación no ha bastado, al llegar al final del libro, la autora nos contará las historias que se entretejen en sus dibujos, que conexiones unen a algunas de las personas que se repiten; entonces podemos retroceder al principio y volver a leer este cuento con otros ojos. Algunos personajes se van repitiendo y se puede jugar a buscarlos.
Y así, como nos pasa en la vida cuando vemos a alguien y lo etiquetamos, aquí los jóvenes lectores mirarán y probablemente etiquetarán,
y tendrán la oportunidad de preguntarse después si esa etiqueta es real, si estamos llenos de prejuicios y las etiquetas no hacen más que limitarnos y que nos formemos ideas erróneas de los demás, o si por el contrario las necesitamos para ordenar el mundo.
Todo el libro es una oportunidad para entender que el mundo está lleno de personas diferentes y que todas son válidas.
Cada página está llena de color y de poesía, las ilustraciones de
Kristin Roskifte transmiten tanta vida que se puede leer en las caras de los personajes, en sus posturas y expresiones, cómo se sienten. También es un libro lleno de humor y filosofía. Al final, hay una página en la que se plantean una serie de preguntas acerca del mundo, de la vida y su sentido y de las relaciones con los demás.
Si no queréis darle una lectura tan profunda, puede ser sólo un completísimo libro de buscar y contar, aunque una vez abierto, creo que os será
imposible limitaros sólo a eso. La curiosidad es algo vivo en los humanos, más en los niños y todo en este libro invita a preguntarse cosas, imaginar otras vidas, empatizar con otras formas de habitar el mundo, y como dice la contraportada, “
si buscas con muchas ganas, incluso puedas encontrarte a ti mismo”.
María José Gracià Bellod,
Librería El Puerto (35 formiguetes) – El Puerto de Sagunto, Valencia
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