La historia de nueve mujeres que ingresaron en un psiquitátrico en los años setenta, contada por una de las médicos que trató de ayudarlas a salir y recuperar sus vidas
En marzo de 1974, más de doscientas mujeres fueron trasladadas del obsoleto y vetusto Manicomio de Jesús al Hospital Psiquiátrico de Bétera. Llegaron en autobuses, en varias tandas, de un día para otro, sin ser informadas de adónde iban, ni por qué, cuándo o cómo. Llegaron sin nada, porque no tenían nada.
A todas esas mujeres se las había despojado de todo. No tenían ni ropa, ni utensilios de aseo propios, ni fotografías, ni nada que les recordase a cómo eran antes de entrar en el manicomio. Encerradas, castigadas, humilladas y medicadas durante años. Enajenadas y deshumanizadas. No solo habían perdido sus vidas; también el recuerdo de haberlas tenido. Aisladas, sin memoria y sin identidad, no habían conseguido conservar ni sus propios nombres. Recuperarlos fue el primer paso para volver.
Escrito por: LaRossa
Nueve nombres supone la reparación de la memoria y dignidad de nueve internas del Hospital Psiquiátrico de Bétera (Valencia). Nueve nombres que corresponden a nueve mujeres en representación de muchas otras más, trasladadas desde el infame Manicomio de Jesús, también en Comunitat Valenciana, donde vieron vulnerados todos sus derechos y fueron destruidas como mujeres para convertirse en un número despersonalizado, amontonado en una institución salvaje y oscurantista y sometidas a torturas médicas, físicas y psicológicas.
Arrojadas a este sistema cruel por cuestiones puramente prejuiciosas, la mayoría de ellas no tenían una patología psiquiátrica sino que fueron víctimas de una sociedad machista y patriarcal, que las arrancó de sus hogares, les robó la conciencia a base de fármacos, lobotomías, electroshocks y otros tratamientos que podemos calificar de torturas médicas y las trató peor que a cabezas de ganado.
Las protagonistas de estas historias, en su mayoría, son supervivientes de casos de violencia machista, mujeres abusadas, mujeres con un cuadro evidente de depresión o que vivían totalmente fuera del sistema porque el sistema nunca se han preocupado por ellas; en definitiva: mujeres que molestan. Que molestaban a sus familias y que nos molestaban a la sociedad. Era más fácil, entonces, encerrarlas y tirar la llave que lidiar con la situación incómoda que representaba y representa su historia de vida y darles el lugar que les correspondía en la sociedad, reparar su daño.
En esta ocasión hay que darle dos veces las gracias a la autora: una, por el trabajo que hizo con sus compañeras desde Bétera para devolverles la vida y la dignidad usurpada, y otra, por acercarnos sus historias (como ella dice, son nueve que representan a muchas más) y la realidad psiquiátrica que se encontró hace no tantos años y sacudir la conciencia de la sociedad de entonces y de ahora.
Nueve nombres es un libro de imprescindible lectura. Es emotivo, es sencillo, es directo y claro. Imposible que no mueva las conciencias y que no riamos y lloremos con las historias de estas nueve mujeres y que, siempre, estemos de su lado, del de María y sus compañeras.
Alodia Clemente, La Rossa. Llibres en femení (Valencia)
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