LA ESTANTERÍA DE ELLEN DUTHIE

LA ESTANTERÍA DE ELLEN DUTHIE

Cuando le propusimos a Ellen Duthie, autora y editora de Wonder Ponder, uno de los sellos más originales de nuestro panorama con su mirada hacia la filosofía para niños y la literatura de calidad, que hiciese una estantería en Todos tus Libros, prefirió la libertad de seleccionar “libros para pensar interesantemente” que acogerse a un esquema preestablecido.

Nacida en 1974 en España, aunque de nacionalidad británica, Ellen es licenciada y máster en Filosofía por la Universidad de Edimburgo, y trabaja como escritora, docente, bloguera, gestora cultural con el FLAI (Curso Internacional de Filosofía, Literatura, Arte e Infancia), traductora y editora.
 
Junto a los ilustradores Manuel Marsol y Javier Castán, ha recibido el Premio Todos tus Libros al Mejor Libro Infantil por “Un par de ojos nuevos”, una obra de narrativa ilustrada que aborda temas como la amistad, los miedos, los cambios y la identidad, que recuerda a los textos clásicos y “que trata a los niños como seres inteligentes”.
 
Para Ellen, “las librerías independientes son el sostén de la literatura. Sin ellas, habría muy pocas posibilidades para lo literario y para la innovación en el mercado del libro infantil”.
 
Aunque su estantería es básicamente de literatura infantil, ha dejado espacio para un par de libros “de adultos” que “son muy disfrutables desde edades relativamente tempranas”.
 
“Érase una forma”, de Gazhole & Cruschiform
Es una de las novedades recientes que más me han chiflado. ¿Lo mejor? Si la idea de contar un cuento tradicional con personajes que son figuras geométricas es graciosa, el desarrollo y el resultado sostiene y trasciende la gracia en una obra literaria textual, gráfica y tipográficamente magistral. ¡Olé! Y con una traducción fantástica.
 
 “Búho en casa”, de Arnold Lobel
Incluiría en esta lista toda la obra de Lobel, pero siento especial debilidad por el personaje de Búho en casa que, sin más compañero ni compañera que las personas que están a este lado de la página, se vale a sí mismo para montarse historias que hacen reír y pensar al mismo tiempo.
 
 “Silvestre y la piedra mágica”, de William Steig
De Steig también metería toda su obra enterita, pero elijo este por ser un magnífico representante de un tema que Steig explora mucho en sus libros: las transformaciones. El burrito Silvestre se transforma por deseo propio mal meditado en una enorme roca y pasamos gran parte del cuento sintiendo la angustia de la posibilidad de que quede atrapado para siempre en estado de roca. Una manera literariamente potentísima de explorar los límites y las posibilidades de la identidad. El final explosivamente feliz alivia la tensión que da gusto.
 
“El camaleón camaleónico”, de Eric Carle
Un libro que me encanta compartir en voz alta sobre un camaleón que un día desea ser fuerte y grande como un oso polar, y se le concede su deseo. El poder de cambiar a volición lo vuelve un poco loco y se hace el cuerpo un verdadero lío, hasta que pasa una mosca, siente hambre, y todo vuelve a su sitio. Los adultos suelen tratar de reducirlo a una lección medio moñas sobre la importancia de aceptarnos tal y como somos, pero las personas de menor edad suelen fijarse en un aspecto más relacionado con la identidad. ¿En qué punto de la historia deja el camaleón de ser él mismo para convertirse en otra cosa? ¿Y nosotros? ¿Cuánto cuerpo nos podrían quitar o cambiar sin que dejáramos de ser nosotros mismos?  
 
 “Un libro”, de Hervé Tullet
¿Será que somos las personas que estamos a este lado de la página los que creamos o provocamos lo que aparece en la página siguiente? Un libro original de los que abren nuevos caminos, con una idea de la que han brotado muchas ideas posteriores, algunas también muy interesantes. Pero al rey lo que es del rey. Hablando de los autores y autoras de esos libros posteriores, podemos decir sin que necesariamente suponga un desprecio: “se ha hecho un Tullet”.  Es un libro, además, de esos libros que enseñan a jugar a la ficción.
 
“Karlsson en el tejado”, de Astrid Lindgren
De mis favoritos de Lindgren, este libro tiene un protagonista tan carismático como manipulador, tan divertido como grosero, tan buena compañía como egocéntrico. Una representación realmente interesante y cómica de las tensiones en las relaciones de amistad y de las posibles transacciones implícitas. Garantía absoluta de risotadas y de expresiones para incorporar al vocabulario familiar. ¡Epa, yepa!
 
“Al otro lado”, de Maurice Sendak
Soy una absoluta fanática de la obra de Maurice Sendaky aunque tengo muchos otros favoritos, con “Al otro lado” tengo una relación muy cercana porque lo traduje al castellano. El libro es una combinación perfecta de dos melodías, una visual y otra sonora, que se entrelazan, sugiriéndonos una abundancia de significados repletos de una ambigüedad casi fastuosa. Es magia y nos resulta a todos -niños y mayores- hipnótico. 
 
La serie de “Fox y Chick”, de Sergio Ruzzier
Soy una gran fan de Ruzzier desde hace tiempo. Esta serie en concreto recoge el testigo de aquellos grandes textos para pequeños lectores que inició Ursula Nordstrom en los años 50 con su colección “I Can Read”, pensada para ofrecer buena literatura para lectores y lectoras que justo acaban de aprender a leer. Humor, dilemas interesantes, contradicciones humanas (sí, son un zorro y un pollito muy humanos estos dos personajes) y los misterios de la amistad, capaz de unir para siempre a personalidades tan diferentes.
 
Ser o no ser una manzana”, de Shinsuke Yoshitake
¿Cómo sabemos que una manzana es una manzana? En la lectura de este primer título de una serie juguetonamente filosófica en la que también destaca el magnífico “Ese robot soy yo”, se nos invita a considerar todo tipo de hipótesis para determinar con rotundidad si algo es o no es una manzana, y a inventar las nuestras también. Sin darnos cuenta, como quien no quiere la cosa, acabamos pensando no solo en la naturaleza de la “manzanitud”, sino también en la de la humanidad. Un enfoque literario-filosófico con el que conecto especialmente, y que resulta tan provocador de pensamiento como divertido.
 
“El vizconde demediado”, de Italo Calvino
Lo incluyo en esta estantería porque es uno de los libros que más releí durante mi adolescencia, desde mi primera lectura, a los 11 años. Un libro “de adultos” muy disfrutable para adolescentes, al igual que sus compañeros de trilogía, “El barón rampante” y “El caballero invisible”.  
 
“Klara y el Sol”, de Kazuo Ishiguro
Otro libro “para adultos” muy interesante como lectura adolescente. Perfecta también, diría, para una lectura en paralelo por adolescentes y adultos que abrirá muchas vías interesantes de diálogo. Una exploración del amor y de la mortalidad humanas a través de los ojos de una inteligencia artificial casi-pero-no-del-todo-humana. 

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