Habitualmente, utilizamos las gafas para ver con más nitidez la realidad que nos rodea; a veces, la lente aumenta los objetos y, otras los aleja. En la realidad aumentada se juega con contextos físicos reales pero, a partir de estos, se construyen ficciones en las que, por ejemplo, personajes imaginarios campan a sus anchas en escenarios familiares. Por tanto, en esta ocasión jugamos con el símil de la realidad aumentada en un doble sentido: en primer lugar, el binomio realidad-ficción referido a la integración de alumnado de otras culturas, estratos sociales desfavorecidos y/o marginales incorporación tardía, necesidades educativas especiales por discapacidades físicas, psíquicas o sensoriales, problemas de conducta, sobredotación, etc., en un contexto real (centro educativo aula ordinaria) así como la capacidad para combinar ambos conceptos para lograr algo nuevo y enriquecedor (aceptación, inclusión, fusión); en segundo lugar, la pregunta en abierto llama la atención a los docentes y al futuro profesorado en formación sobre si la integración en las aulas es un tema sobre en el que se pone la lupa o el énfasis desde todos estamentos y agentes educativos, más por el mero cumplimiento de expediente por convicción, quedándose, a la hora de la verdad, en un intento forzado o una falacia en la que la miopía ante una realidad diversa y segregada por segmentos suele imperar en la mayoría de los casos. En última instancia, el lema es una llamada para que todos nos pongamos las gafas para ver la realidad y no entornar los ojos o mirar hacia otro lado.
Leer todo
Leer menos
Opiniones
Opiniones
No hay comentarios, sé el primero en comentarValoración media
¿Has leído este libro?
Valóralo y comparte tu opinión con otros usuarios
Escribir mi opinión