«Lo esencial es invisible a los ojos», se lee en El Principito. El cultivo del ser humano no se percibe a la vista, ni se encuentra en las enciclopedias. La amistad, la lectura de los grandes libros y el sentido del humor, la elegancia y el buen gusto, el arte de gobernar o de ser buen ciudadano, la formación de la inteligencia y del carácter son eso, bienes invisibles, pero esenciales para la construcción de uno mismo.
El autor ofrece un modo de despertar el hambre por ese afán de mejora, también entre lectores jóvenes, y dirigir la mirada hacia lo valioso y lo bello.
La crítica ha dicho:
«Excelente libro, muy apto para profesores, para estudiantes universitarios y para todo aquel que tenga un poco de interés por el hombre. Fruto de unas clases a estudiantes de arquitectura, el texto es claro, lleno de sugerencias y de citas que acercan al lector a los clásicos, con ejemplos que no sólo ayudan a pensar, también a vivir: la inteligencia, la belleza, el estilo, el amor a la palabra, el sentido del humor, la amistad, la honestidad son algunos de los temas desarrollados.»Delibris
«Este era un libro necesario, que apareció en dos tomos muy manejables. Ahora Rialp acierta al reeditarlo en un solo volumen, de modo que destaca aún más su gran virtud: la visión unitaria, la capacidad de síntesis sapiencial.»clubtocqueville.com
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