“Una cosa es inventar historias de miedo y otra muy distinta es convertirse en la protagonista de un cuento de terror. Dudé mucho tiempo si merecía la pena escribir este libro. Es demasiado personal. Demasiado real. No es literatura”.
Así se inicia el nuevo libro de Anna Starobinets que ha publicado la editorial Impedimenta con traducción de Viktoria Lefterova y Enrique Maldonado. Así, con una declaración tan sincera como falsa porque, como la propia autora reconoce en el siguiente párrafo, “este libro no trata solo de mi pérdida personal (…) Este libro habla de la humanidad y de la falta de humanidad en general” y, añado, este libro es literatura, porque la autora es escritora y porque la literatura, como suele afirmar mi admirada Marta Sanz, no sólo refleja el mundo sino que pretende cambiarlo. Y precisamente cambiar el mundo, modificar aunque sea la conducta de una persona, mover a la reflexión, es una de las pretensiones de este texto, duro y simultáneamente tierno, que nos ofrece Starobinets.
“Tienes que mirar”, con su título imperativo que cobra razón en el texto y más allá de él, es un libro en el que la excelente escritora rusa cuenta su experiencia en un embarazo deseado que se convierte en una tortura desde la décimosexta semana, por la confirmación de una malformación fetal que no da oportunidades a la vida, y por la terrible elección que debe hacer la madre entre abortar tardía y dolorosamente o parir, de forma inducida y también dolorosa, a un niño que como máximo sobrevivirá veinticuatro horas. Pero no es sólo eso porque la autora, a partir de su historia personal de terror, realiza una disección crítica de numerosas cuestiones que tienen que ver con la sanidad pública y la privada, con el maltrato psicológico a las mujeres, con la deshumanización, con los foros de internet y los troles que se dedican a boicotear cualquier atisbo de sentimiento sincero en las redes, con el papel de la religión y sus imposiciones sociales incluso a las no creyentes, con la soledad y el aislamiento frente a profesionales tan eficientes como fríos, con el duelo y sus etapas, con los miedos.
Hay en este libro, que se lee sin respiro, una certera crítica al sistema de sanidad pública de Rusia, calificado de “país subdesarrollado” por la autora frente al hospital berlinés en el que termina su travesía de horrores que, por desgracia, quienes hemos tenido experiencias similares podemos equiparar con el maltrato médico ejercido por una parte de la sanidad española. Pero hay más, mucho más, porque a través de la disección periodística de los errores y horrores padecidos Starobinets deja entrever una apasionada reivindicación de la vida y de la palabra, de la conexión entre mujeres, de la sinceridad en la familia, de la literatura como compromiso y posibilidad de cambio porque “lo único que sé hacer es escribir. No tengo ninguna otra habilidad para cambiar el mundo”.
Anna Starobinets ha escrito magníficos libros de ciencia ficción y nos ofrece ahora un libro de vida real, vivida y fechada: “Tienes que mirar” es un libro de denuncia. Y es literatura. Literatura comprometida con la vida, con la palabra, con la posibilidad de cambio, con la necesidad de mirar, aunque no nos guste. Un libro para leer y compartir, para reflexionar en grupo, para hablar y gritar, para saber que no estamos solas y que la maternidad, el aborto, la gestación y todo lo que tenga que ver con nuestros cuerpos es nuestro y ningún foro de internet, ningún grupo de “profesionales”, ningún colectivo académico tiene derecho a responsabilizarnos, a culpabilizarnos, a estigmatizarnos.
Izaskun Legarza Negrín,
Librería de Mujeres de Canarias (Santa Cruz de Tenerife)
Opiniones
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UN LIBRO DURO POR LO QUE CUENTA, PERO NO POR ELLO DEJES DE LEERLO
Texto sobre la obra incluido en el séptimo boletín de mi diario librero.
Muchos lectores la descubrirán a raíz de este libro, pero su nombre es más que conocido entre los amantes de la literatura de género. Publicada en España hace unos años por la editorial Nevsky Prospect, a Anna Starobinets se la llama la reina rusa del terror. De ficciones de terror, se entiende, aunque esta última que he leído, también terrorífica, sea una obra autobiográfica. Impedimenta nos trae Tienes que mirar, un libro en el que la autora relata la experiencia de su embarazo desde el momento en el que es diagnosticado que el feto presenta una malformación congénita que muy probablemente impedirá sobrevivir al bebé. Se le presenta así el dilema de si seguir con el embarazo o interrumpirlo. «Quiero seguir. Porque no quiero matar al pobre Minitejón. Porque quiero regalarle veinte semanas más de vida. Porque no quiero ir al hospital. Porque seguir es más natural y correcto desde el punto de vista fisiológico. Porque tengo miedo a las complicaciones. Porque la interrupción puede ir mal. Porque corro el riesgo de perder mucha sangre, la salud, el útero, la capacidad de tener hijos. Quiero interrumpir el embarazo. Porque no sé si se siente bien ahí dentro o si sufre. ¿Acaso puede estar bien con unos riñones cinco veces más grandes de lo normal? Quiero interrumpir el embarazo porque tengo miedo de volverme loca si esta situación se prolonga varios meses más. Si tengo que dar a luz y verlo mirar. Y luego vestirlo, abrazarlo, enterrarlo. Comprar un ataúd en lugar de una cuna. Quiero interrumpir el embarazo porque en Rusia, en una institución para mujeres en la que los hombres no pueden entrar, llevar adelante este embarazo será un infierno y no podemos quedarnos en Alemania otras veinte semanas más. Quiero interrumpir para que todo esto se acabe de una vez por todas.» Unas memorias que también son un libro denuncia a un sistema sanitario ruso que, por citar dos ejemplos, sólo permite abortar en determinados centros y que no cuenta con prácticas estándar como sesiones de terapia grupal para mujeres que perdieron a sus hijos en estado avanzado de gestación. Sistema sanitario ruso donde «el dolor es la norma», muy distinto al europeo donde «están convencidos de que no hay razón por la que sufrir». Un libro duro por lo que cuenta, pero no por ello dejes de leerlo. Anna Starobinets escribe MUY bien. Dale una oportunidad, échale un vistazo a sus primeras páginas. Tienes que mirar. [29 de abril de 2021]
Un streaptease social disfrazado de estudio de un caso personal
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